Alimentación, Salud y Deportes: el triángulo perfecto
¿Quieres lograr una vida sana? Descubre que alimentación me ayudo con mi dieta y conoce a los beneficios de los deportes para su calidad de vida y salud.
Desde el día que escuche la famosísima frase romana: Mens sana in corpore sano , o “Mente sana en cuerpo sano”, supe que tenía que cambiar mi estilo de vida sedentario y mi alimentación. En apariencia yo mostraba una gran dedicación y respeto por mi salud corporal y mental, pero en realidad, internamente sabía que no era así. Que el daño que le estaba causando a mi cuerpo a mediano y largo plazo, me pasaría factura en cualquier momento.
Por momentos sentía que mi vida era muy acelerada y estaba empujando mi cuerpo más allá de mis capacidades. Ignoraba los mensajes de fatiga y dolor, e intuía que los problemas de salud que solían aparecer eventualmente se debían a la falta de atención e interés que le estaba dando a mi alimentación, mi salud, y a la poca o nula atención que le dedicaba a los deportes. Un día, antes de levantarme de la cama, decidí que iba desde ese día a basar mi vida en un triángulo equitativo, que debía ser perfecto: Alimentación, Salud y Deportes.
¿Qué hacer para lograr una vida sana?
Para colaborar con los esfuerzos de aquellas personas que desean potenciar su calidad de vida, les compartimos recomendaciones, consejos y tips, que pueden ayudarlos a lograr sus propósitos en la búsqueda de un bienestar físico y mental que aporte a su vida. Este blog personal colabora a conseguir tus metas a mediano y a largo plazo. Ahora sigo con mi historia sobre como yo logré mis metas y propósitos, que favorecieran a una vida sana y saludable.
En el momento que decidí mejorar mi calidad de vida, sentí que este proceso era irreversible: cuidar mi salud, y el bienestar físico y mental se convirtió en una motivación extraordinaria para vivir. Comencé a estar más atento a mi forma de alimentarme, inicie una práctica diaria y regular de algunos deportes y minimice hábitos perjudiciales como el alcohol y el cigarrillo. También incluí en estos propósitos dedicar un poco de tiempo para mí mismo.
No niego que al principio, me costó un poco cambiar mis hábitos anteriores. Pero comencé a sentir un bienestar que no podía rechazar, por lo positivo, y esto facilito los cambios. Una forma ideal que conseguí para lograrlo fué practicar mis actividades físicas preferidas, como caminar, trotar y jugar tenis con una amiga que juega muy bien y me ayudo en mi incipiente desempeño.
Un día trotando me conseguí con un amigo médico y le conté de mi propósito, se alegró mucho y me comento que, además de aportar al mantenimiento de los huesos y tonificar mis músculos, también es la mejor forma de prevenir malestares y enfermedades. Insistió que para complementar debía mantener mi alimentación equilibrada y sana.
Los resultados y sus beneficios fueron sorprendentes en mi cuerpo: comencé a bajar de peso y mejoraron considerablemente algunos “problemitas” de circulación sanguínea y tensión arterial. Luego descubrí leyendo (una actividad que había abandonado sin darme cuenta), que aporta a nivelar las grasas, el colesterol y el azúcar en sangre.
Con un asesoramiento adecuado descubrí que hay disciplinas deportivas que al practicarlas con regularidad, me permitieron aumentar la intensidad de la práctica y ejercitar varios grupos de músculos, si los realizas al menos durante una hora diaria: correr, caminar, aerobic o gimnasia de mantenimiento, andar en bicicleta o nadar. Resultaron muy beneficiosos para mi salud, quemar las grasas acumuladas y mantener “mi figura”.
La buena alimentación, sana y equilibrada, me proporcionó reserva energética. Ingerir fibra natural y tomar mucha agua durante el día, potenciaron el funcionamiento de mi organismo y me aportaron una sensación de bienestar que hacía tiempo que no sentía.
¿Qué alimentación me ayudo con mi dieta?
Para complementar mi actividad deportiva aumenté el consumo de los alimentos que contienen hidratos de carbono, como los cereales, maíz, arroz, pan, galletas, pastas alimenticias. Legumbres, patatas y todas las frutas comidas o ingeridas en zumo. La ingesta de estos alimentos, además de contribuir a mi alimentación, minimiza el desagradable estado de fatiga, cansancio o desfallecimiento que causan los deportes. Redujeron al mínimo el cansancio, cuando estaba en la etapa de intensificar los ejercicios.
La hidratación adecuada también la incluí en mis hábitos cotidianos, debido a que la deshidratación era muy negativa para mi rendimiento físico, que al principio me causo nauseas o mareos. Cuando hacia ejercicio por un tiempo menor a una hora, no fue muy necesaria la ingesta de líquidos (sobre todo agua), pero si fueron necesarios, cuando mis esfuerzos se prolongaron por mucho más tiempo, debí seguir una rutina de hidratación recomendada por un nutricionista.
La recomendación es tomar 2 o 3 vasos de agua, 1 o 2 horas antes de los ejercicios prolongados e inclusive, tomar un vaso de agua cada 20 minutos. Comienza a implementar en tu vida el triángulo perfecto de alimentación, salud y deportes, sigue las recomendaciones de mi blog y los excelentes resultados no se harán esperar.